Capítulo 4
Palabrerías
Fernando A. Sandoval Guerrero
Derechos Reservados Indautor. tram. 2016
Atragantos
Los incesantes respiros
de su piel dan hambre,
un antojo regocijante al paladar,
ellas lo saben, les gusta dar antojo.
Saben que desde lejos les miran,
a distancia se respiran sus aromas,
son variados, distintos y uniformes.
Para algunos la mujer es para comer,
les gusta que se las coman con la mirada,
el simple hecho de sentirse deseada
es como comenzar una faena
en el cortejo y
revuelos
de su miradas lascivas y tiernas.
A todas horas buscan que las miren,
son como un apetitoso platillo,
suculento.
El postre prohibido de manzana
de Eva en su creación.
A otras les gusta que se las coman a besos,
de un solo bocado.
Otras lento, suave y delicado
como el caviar mas
fino, caro e inusual.
A otras les gusta con
guarnición,
otras al natural,
con o sin ropa,
al final será el bocado más suculento
del día.
De todas formas,
las hay o de colores,
altas, bajas,
delgadas
o esbeltas.
Un manjar de la creación para
los Dioses o para ellas mismas.
Todas gustan, degustan,
frías, calientes.
Ellas saben el bello juego de comerse
a besos.
Prenden y apagan
y a veces atragantan,
asfixian.
.
Razones
¿acaso las mismas ganas de seguir las
alargadas frases?
Imagino las sin razones.
¿Qué ganas de seguir leyendo?
Todo el tiempo
se recorre el perfil,
reluciente, lúcida, jovial y tersa.
Unas veces dulce
otras abierta
como un calor
prendido,
apagado.
Ensimismada flama de inagotable fuego que abraza
tan tierna que descansa para el inicio de
otro día que no termina.
Urgencias
no expresan una sola caricia.
Necesitan ser abrazadas por los dedos
corporeos
del otro sexo.
Inverosimil no querer escuchar
lo que se quiere.
El nombre y el roce
del viento que lleva el aroma
a trabajo de este día.
Rostro ensimismado que busca,
no encuentra.
Letras, palabras, ideas como
entendimientos encontrados luchando
buscar un enlace para crear
nuevas sonrisas.
Puntos
las medidas son
discordantes,
inocuas,
imperfectas.
Mas tu
silencio se plasma
en una sonrisa
con silueta de labios rojos
mirando fijamente
con el tocado de paja,
va matando con
aplausos y repujantes
risas
insensatas.
Se transforma el más extraño momento de
lectura y prosa.
Silencios atonitos se dejan en el vaivén
de los respiros contradictorios.
Momentos encontrados en esta noche
oscura y fría.
A lo lejos las estrellas se esconden
para no dar fe de lo que se dice.
La níña
que sigue dentro,
tan caprichosa, tan arrogante
pero tan frágil y
delicada que se muestra a
flor de piel.
Alma abatida por los tiempos de batalla,
fe y de esperanza.
Tan suave como tés,
blanca, tan fina tan tersa.
Silencios
y terminaras de leer estas líneas.
Líneas que no terminan para
entender
el valor del hombre
por el hombre.
Dolor que se provoca por
los tiempos insensatos
que no se ven pero se sienten.
No se ha terminado
lo que no se ha comenzado.
Tiempo apremiante
si no se calla en el momento
indicado.
Si tan solo se entendiera
cada palabra, cada párrafo,
o cada verso.
Se siente el ocaso
de este momento incierto.
Fugaz, breve,
e
intenso.
No se necesitan puntos.
Solo callar un momento
para ver lo que mira un ciego.
Musa
Tan fugaz tan bella tan lejos
El aroma a delicadas flores
Matizan el viento que sopla en
La estrellada noche que se
aproxima.
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