Dicotomías sociales de un empoderamiento femenino, los falsos liderazgos y el oportunismo del manejo de las masas sociales.
Fernando Sandoval
Analista Político Electoral.
Bajo las conceptualizaciones teóricas y hoy, desarrolladas opiniones en redes sociales y cibernáuticas, es importante comentar que el liderazgo y el populismo son conceptos que a menudo se relacionan, pero tienen diferencias significativas. El liderazgo se refiere a la capacidad de un individuo para guiar, influir y motivar a otros hacia un meta común. El populismo, por otro lado, es un enfoque político que busca ganar el apoyo popular a través de la retórica simplista y la apelación a los sentimientos y emociones de la gente.
El liderazgo efectivo se basa en la capacidad de un líder para comunicar una visión clara, establecer metas realistas y motivar a su equipo para alcanzarlas. Un líder efectivo también debe ser un buen oyente y estar dispuesto a aprender de su equipo.
Por otro lado, el populismo a menudo se basa en la polarización y la división, y puede ser perjudicial para la sociedad si se lleva demasiado lejos. Los líderes populistas a menudo explotan las frustraciones y ansiedades de la gente, utilizando un lenguaje sencillo y emotivo para ganar su apoyo.
Sin embargo, el liderazgo y el populismo, son conceptos diferentes pero enlazados entre sí, y aunque algunos líderes pueden ser populistas, la eficacia del liderazgo se mide por la capacidad de un líder para guiar a su equipo hacia una meta común de manera efectiva y ética, mientras que el populismo se enfoca en ganar apoyo popular a través de la simplificación y la polarización de temas complejos.
Por otra parte, hoy el feminismo es un movimiento social que busca la igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas, independientemente de su género, y que ha luchado históricamente contra la discriminación y la opresión que han sufrido las mujeres en diferentes alrededores.
En el ideal buscan una igualdad, pero por lo general sus discursos siempre conllevan a un empoderamiento de superioridad sobre el hombre, ensalzando las palabras en que “ya somos mas mujeres en la tierra o en el mundo” lo que debiera preocupar, ya que la especie humana del género masculino esta a la baja, lo que comprende una aseveración por parte de mujeres preocupadas por la igualdad de cuidar este género para la reproducción de la población, lo que muchas, no lo han asimilado, menos aceptado.
En México, el feminismo ha sido fundamental en la lucha por los derechos de las mujeres y ha logrado importantes avances, como la aprobación de leyes que protegen los derechos reproductivos y la violencia de género. Sin embargo, aún hay muchos desafíos por enfrentar, como la brecha salarial, la discriminación en el ámbito laboral y la violencia de género.
Es importante tener en cuenta que el liderazgo en el movimiento feminista no depende de una sola persona o grupo, sino que se trata de un esfuerzo colectivo en el que todas las personas comprometidas con la lucha por la igualdad pueden participar y contribuir.
Pero hay que destacar, en muchos lugares esas falsas líderes solo buscan revanchismo y discordia social por el trato y vida que han llevado, tan solo por mirar a varios, son representados por mujeres provenientes de la desintegración familiar, conflictos de pareja, y de familias simplemente desunidas, lo que es importante señalar que no representan a las mayorías sociales con el entendimiento de valores sociales y familiares, aún sin entremezclar los sistemas religiosos y de idiosincrasias regionales.
En lugar de considerar el liderazgo feminista como un falso, es importante reconocer la importancia del movimiento y trabajar juntos para lograr una sociedad más justa e igualitaria para todas las personas, independientemente de su género y donde verdaderamente se defiendan los derechos de hombres y mujeres.
Con ello, el feminismo social se refiere a la idea de que la opresión de las mujeres está intrínsecamente ligada a otras formas de opresión, como la discriminación racial, la pobreza y la exclusión social. Este enfoque reconoce que las desigualdades de género no pueden abordarse de manera aislada, sino que deben abordarse en un contexto más amplio de justicia social.
Por ello, en cuanto al liderazgo feminista, se refiere a la práctica de liderazgo que se basa en los principios del feminismo, incluida la equidad de género y la promoción de la igualdad de oportunidades para las mujeres. El liderazgo feminista no se limita a las mujeres, sino que también se puede ejercer por hombres que apoyan la equidad de género y trabajan para desmantelar el patriarcado, pero esto no se ve a la actualidad.
¿Cuántas defensoras de las mujeres verdaderamente apoyan a los hombres en México?
¿Verdaderamente representarán socialmente a la población en general o solamente buscan un fin para llegar al poder, enriquecerse y vengarse de historias de sus vidas personales?
Es importante destacar que el liderazgo feminista verdadero no es un "falso liderazgo", sino una forma de liderazgo que busca promover la igualdad de género y la justicia social entre ambos géneros y no con divisiones, separatismos y polarizaciones. Sin embargo, es cierto que algunas personas pueden utilizar el feminismo como una herramienta para promover sus propios intereses personales o políticos sin tener en cuenta las necesidades y preocupaciones de las mujeres. En tales casos, este uso sesgado del feminismo podría requerir una forma de "falso liderazgo", ya que no se basa en los principios genuinos del feminismo y no está destinado a promover la igualdad de género, por el contrario a recriminar al hombre, imponer superioridad y con ello el falso empoderamiento que pregonan como un verdadero sobre poder o superioridad de género.
Con ello, se tiene que destacar que, el falso empoderamiento femenino se refiere a la situación en la que las mujeres obtuvieron cargos de poder político o empresarial, pero en lugar de utilizar ese poder para impulsar la igualdad de género y mejorar la vida de las mujeres, utilizan sus posiciones para manipular y controlar a las masas sociales, sin tener en cuenta las necesidades de la población.
A la fecha ¿Verdaderamente están luchando las “pregoneras de la libertad y defensoras de las mujeres”?
Penosamente, esta práctica no es exclusiva de las mujeres, sino que puede ser observada en cualquier persona en el poder, independientemente de su género. El empoderamiento verdadero implica no solo obtener poder, sino utilizarlo de manera responsable y ética, para el bien común.
A la fecha, ¿Cuántos servidores públicos bajo el concepto tiránico de gobernar someten a todos con diferentes argucias, instrumentos y mecanismos de opresión para mantener el poder y el control de los ciudadanos?
El empoderamiento femenino auténtico se trata de permitir que las mujeres tengan la capacidad y los recursos para tomar decisiones y actuar sobre ellas en sus vidas, sin importar su estatus social o político. Es importante destacar que, al igual que con cualquier grupo, hay mujeres que pueden abusar de su poder, pero esto no significa que el empoderamiento femenino en sí sea falso o problemático, debiera estar mas avanzado y defendido no solo por mujeres sino por hombres, quienes componemos una sociedad diversas y llena de vicisitudes, solo así, verdaderamente la sociedad mexicana será otra.
Absurdamente, muchas mujeres que han tenido cargos de gobierno y de elección popular defienden la quema de puertas e instituciones, ante esa realidad, lo que vemos es una reducida capacidad de negociación, tolerancia y respuestas reales que puedan ofrecerse a nuevas generaciones que no claman justicia sino un mejor nivel y calidad de vida entre todos los que componemos esta sociedad.
¿Hasta cuándo?
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